La princesa tenía tres años
y 5 meses, era aún verano y acababan de aceptarla “a prueba” en un colegio
regular en que di a conocer su condición,
la directora y subdirectora eran profesoras de educación especial (pero no sirvió
de mucho ya que su estadía ahí fue como ponerla a invernar). Otra de las cosas
que aceptó el colegio era que aún no controlaba totalmente esfínteres y aún
usaba pañal.
Hazel es muy competitiva y
siempre quiere estar en términos de “igualdad” (en el amplio sentido de la
palabra) con los niños que estén cerca suyo .A esa edad aún no utilizaba sus
palabras de manera funcional por lo que yo no había reparado en esta característica
inherente a ella, que durante un tiempo se resumía en una frase que más que un
pedido era una exigencia o un SOS “Yo no quiero ser diferente mamáaaaa”.
Pasó el primer, segundo y
tercer día de clases en inicial 3años y Hazel le dijo adiós al pañal, tan solo
por imitación y no sentirse “diferente” a sus 17 compañeros que no usaban
pañales. Ese casi fue el adiós definitivo, porque al llegar el invierno usaba
pañal de noche y debido a su estatura la talla XXG tenía que modificarse con amplias “extensiones” en la cintura, hasta que
ella misma se dio cuenta que ya no mojaba su camita (salvo contadas excepciones
de grandes ingestas de líquido antes de dormir) y casi al cumplir 4 años le
dijo definitivamente Adiós al pañal.
Pero la historia en realidad
no fue así de fácil. Remontándonos a
cuando cumplió tres años…Su maestra-terapeuta que la visitaba en casa fue muy clara
cuando me dijo que si no le quitaba el pañal de una vez, ella se iba a volver
dependiente del mismo, su experiencia con niños con autismo de características similares
avalaban su apreciación .Además Lorelei
ya había nacido y teníamos un gasto doble en pañales que podíamos disminuir si poníamos
empeño y paciencia. Esperamos la llegada del verano, antes de empezar el
colegio y procedimos como se hace con cualquier niño al que se le enseña a ir
al baño.
La princesa tenía un bonito
bacín de color rosa que imitaba un inodoro, y ya no le poníamos el pañal de día
para que sea más fácil al orinar. Retiramos las alfombras del pasadizo que conducía
al baño, le vestimos con pantalones holgados tipo buzo y controlando el lapso
de tiempo que sabíamos espaciaba cada micción la llevábamos a orinar y… ¡funcionó!
…Claro que la idea era que ella vaya sola y abandone el bacín para usar el inodoro.
Hasta que eso se concretara
hubieron muchas trusas y pantalones mojados, tapizones y sillas humedecidas,
colchonetas y colchones inundados…Los
videos infantiles de sus personajes favoritos utilizando el baño adecuadamente
fueron también de bastante ayuda para la orina, pero no lo fue para el
siguiente paso.
¡El pipi controlado! ,
faltaba dominar a la popó.
Hazel era bastante alta para
su edad y un bacín era insuficiente, y aunque ya miccionaba en el inodoro ¡aún
usaba el pañal y el bacín para defecar¡ .Se
desesperaba cuando sentía deseos de hacerlo y se daba golpes en el vientre
buscando angustiada el pañal para que se lo pongan. Ya no hacía sus deposiciones
diarias sino cada dos o tres días… teníamos que ceder en ponerle el pañal en esos
momentos a fin de que no se enfermé ni sufra .Intentar sentarla en el inodoro con
cualquier ardid para que haga sus deposiciones era como querer meter al agua a
un gato …se aterraba.
El verano ya estaba por
acabar y aún no lográbamos nuestro cometido .La profesora que le daba las
terapias en casa nos instó a que dejemos que “se ensucie” cuando tuviese ganas
de defecar y al darse cuenta cuan desagradable es ,ella misma buscaría el baño
la próxima oportunidad … aunque me pareció un poco primitivo y cruel lo hicimos
pues ya todas las opciones se agotaron .Y así fue… no se “ensució” ni una ,ni
dos veces pero logró ingresar sola al baño cuando sintió deseos y lo “hizo”
pero en su bacín que era liliputiense para su talla .La que salía ganado con
toda esta “sobrestimulación de uso del baño” era Lorelei(que con 6 meses ya
hacía “ensayos” exitosos de micción en bacín).
No me quedaba otra opción de
refuerzo que ser ejemplo viviente para mi princesa, así que “programé y contuve”
mis deposiciones para que “sintonicen” con las de Hazel. Apenas me percataba
que ella tenía deseos de no solo orinar, le daba alcance y le dejaba usar su
bacín pero enfrente(yo en el inodoro) le daba cátedra de que no había nada que
temer .Contar esto es algo bochornoso pero si va a ser de utilidad a alguien ,en
verdad no importa En cierta ocasión su curiosidad fue más allá porque se interrumpió
para observarme y tampoco quería que se vuelva una nueva rutina o fijación.
Hasta que al fin un día cuya fecha exacta no
recuerdo; yo ,mi esposo ,mi BB de 6 meses y la Srta. que cuidaba a mis
princesas ;estábamos dentro del baño haciendo barra y dando ánimos(no era la
primera vez que todos estábamos en el cuarto de baño por el mismo objetivo)
,tuvimos que sostener muy fuerte a la princesa pues la manera en que su cuerpo
percibía las sensaciones de expulsión en un lugar vacío frio y amplio como el
inodoro(no había la contención estrecha del pañal ni del bacín) le causó
bastante desconcierto y estaba muy asustada, esto era algo totalmente nuevo
para ella . Acabó, todos la felicitamos y las siguientes veces poco a poco
fueron más sencillas, hasta que se convirtió en un acto privado tal cual debe
ser hasta la fecha.
Aunque en realidad es un
acto de dos (pues aún no se higieniza sola) y tiene un “problema” con el
contacto con sus cavidades…pero esa es otra historia aún sin escribir que no tiene hipótesis ni solución precisa.
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