domingo, 11 de agosto de 2013

¡Adios al Pañal!


La princesa tenía tres años y 5 meses, era aún verano y acababan de aceptarla “a prueba” en un colegio regular en que di a conocer  su condición, la directora y subdirectora eran profesoras de educación especial (pero no sirvió de mucho ya que su estadía ahí fue como ponerla a invernar). Otra de las cosas que aceptó el colegio era que aún no controlaba totalmente esfínteres y aún usaba pañal.

Hazel es muy competitiva y siempre quiere estar en términos de “igualdad” (en el amplio sentido de la palabra) con los niños que estén cerca suyo .A esa edad aún no utilizaba sus palabras de manera funcional por lo que yo no había reparado en esta característica inherente a ella, que durante un tiempo se resumía en una frase que más que un pedido era una exigencia o un SOS “Yo no quiero ser diferente mamáaaaa”.

Pasó el primer, segundo y tercer día de clases en inicial 3años y Hazel le dijo adiós al pañal, tan solo por imitación y no sentirse “diferente” a sus 17 compañeros que no usaban pañales. Ese casi fue el adiós definitivo, porque al llegar el invierno usaba pañal de noche y debido a su estatura la talla  XXG tenía que modificarse con  amplias “extensiones” en la cintura, hasta que ella misma se dio cuenta que ya no mojaba su camita (salvo contadas excepciones de grandes ingestas de líquido antes de dormir) y casi al cumplir 4 años le dijo definitivamente Adiós  al pañal.

Pero la historia en realidad no fue así de fácil. Remontándonos  a cuando cumplió tres años…Su maestra-terapeuta que la visitaba en casa fue muy clara cuando me dijo que si no le quitaba el pañal de una vez, ella se iba a volver dependiente del mismo, su experiencia con niños con autismo de características similares avalaban su apreciación  .Además Lorelei ya había nacido y teníamos un gasto doble en pañales que podíamos disminuir si poníamos empeño y paciencia. Esperamos la llegada del verano, antes de empezar el colegio y procedimos como se hace con cualquier niño al que se le enseña a ir al baño.

La princesa tenía un bonito bacín de color rosa que imitaba un inodoro, y ya no le poníamos el pañal de día para que sea más fácil al orinar. Retiramos las alfombras del pasadizo que conducía al baño, le vestimos con pantalones holgados tipo buzo y controlando el lapso de tiempo que sabíamos espaciaba cada micción la llevábamos a orinar y… ¡funcionó! …Claro que la idea era que ella vaya sola y abandone el bacín para usar el inodoro.

Hasta que eso se concretara hubieron muchas trusas y pantalones mojados, tapizones y sillas humedecidas, colchonetas y colchones  inundados…Los videos infantiles de sus personajes favoritos utilizando el baño adecuadamente fueron también de bastante ayuda para la orina, pero no lo fue para el siguiente paso.

¡El pipi controlado! , faltaba dominar a la popó.

Hazel era bastante alta para su edad y un bacín era insuficiente, y aunque ya miccionaba en el inodoro ¡aún usaba el pañal y el  bacín para defecar¡ .Se desesperaba cuando sentía deseos de hacerlo y se daba golpes en el vientre buscando angustiada el pañal para que se lo pongan. Ya no hacía sus deposiciones diarias sino cada dos o tres días… teníamos que ceder en ponerle el pañal en esos momentos a fin de que no se enfermé ni sufra .Intentar sentarla en el inodoro con cualquier ardid para que haga sus deposiciones era como querer meter al agua a un gato …se aterraba.

El verano ya estaba por acabar y aún no lográbamos nuestro cometido .La profesora que le daba las terapias en casa nos instó a que dejemos que “se ensucie” cuando tuviese ganas de defecar y al darse cuenta cuan desagradable es ,ella misma buscaría el baño la próxima oportunidad … aunque me pareció un poco primitivo y cruel lo hicimos pues ya todas las opciones se agotaron .Y así fue… no se “ensució” ni una ,ni dos veces pero logró ingresar sola al baño cuando sintió deseos y lo “hizo” pero en su bacín que era liliputiense para su talla .La que salía ganado con toda esta “sobrestimulación de uso del baño” era Lorelei(que con 6 meses ya hacía “ensayos” exitosos de micción en bacín).

No me quedaba otra opción de refuerzo que ser ejemplo viviente para mi princesa, así que “programé y contuve” mis deposiciones para que “sintonicen” con las de Hazel. Apenas me percataba que ella tenía deseos de no solo orinar, le daba alcance y le dejaba usar su bacín pero enfrente(yo en el inodoro) le daba cátedra de que no había nada que temer .Contar esto es algo bochornoso pero si va a ser de utilidad a alguien ,en verdad no importa En cierta ocasión su curiosidad fue más allá porque se interrumpió para observarme y tampoco quería que se vuelva una nueva rutina o fijación.

 Hasta que al fin un día cuya fecha exacta no recuerdo; yo ,mi esposo ,mi BB de 6 meses y la Srta. que cuidaba a mis princesas ;estábamos dentro del baño haciendo barra y dando ánimos(no era la primera vez que todos estábamos en el cuarto de baño por el mismo objetivo) ,tuvimos que sostener muy fuerte a la princesa pues la manera en que su cuerpo percibía las sensaciones de expulsión en un lugar vacío frio y amplio como el inodoro(no había la contención estrecha del pañal ni del bacín) le causó bastante desconcierto y estaba muy asustada, esto era algo totalmente nuevo para ella . Acabó, todos la felicitamos y las siguientes veces poco a poco fueron más sencillas, hasta que se convirtió en un acto privado tal cual debe ser hasta la fecha.

Aunque en realidad es un acto de dos (pues aún no se higieniza sola) y tiene un “problema” con el contacto con sus cavidades…pero esa es otra historia aún sin escribir que  no tiene hipótesis ni solución precisa.

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