miércoles, 29 de agosto de 2012

Cruzemos el Puente


No suelo sacar a mis nenas de noche ,al menos no muy tarde pues por sus cortas edades suelo protegerlas siguiendo las recomendaciones de los pediatras (por la alergia al frio de Hazel mas que todo) no salidas muy temprano ni demasiado tarde pasada las 7pm…pero Hazel ya va a cumplir 7 años se despierta casi todos los días máximo las 6.15 am y a las 7.30am ya está en la calle ruta al colegio .La enviamos súper abrigada y (al menos este invierno no se ha enfermado tanto como el anterior) así que en consecuencia ya vamos dos domingos no consecutivos que las sacamos de noche a pasear o comer fuera un par de horas .
Mis principales obstáculos cuando salí estos días de noche fueron la hipersensibilidad auditiva de Hazel  hacia el ruido que generan los  vehículos pesados al transitar , sensibilidad que ya no es frecuente diurnamente. La avenida donde vivimos es altamente transitada en la noche y la reacción impacto en Hazel no se hace esperar .Suele caminar volteando hacia atrás constantemente (tal vez teme que los vehículos la tomen por sorpresa pese a caminar por la vereda) tenemos que cruzar apenas podamos  la acera del frente que es menos transitada si quiero evitar esa reacción o si no estar repitiéndole que se va accidentar si sigue caminando sin mirara al frente (basado en experiencias anteriores).
Hace unas noches me pareció buena idea  cruzar el puente Trujillo de noche (ya lo habíamos hecho varias veces no consecutivas de día sin mayor problema) puesto que la ciudad de un punto alto toma otra perspectiva sobre todo por la iluminación...y mis niñas tal como las polillas adoran las luces artificiales sobre todo la combinación de ellas con las caídas de agua en las piletas. Tome de la mano a Lorelei y subimos juntas las escaleras, detrás nuestro Papa JC y Hazel.
Por pisar el último peldaño para acceder al puente peatonal Hazel empezó a desesperarse y solo gritaba:
-Bajemos…bajemos…ya no…bajemossss no...No…no…regresemos.

Papá JC si es cierto un excelente papi como pocos por muchas razones…, ya no puede contener las emociones inesperadas de Hazel. Solía contener las reacciones físicas de ella cuando era pequeña ,sus pataletas y berrinches sin razón justificada o aparente, cuando ella presentaba fuertes características de TEA hace 4 a 6 años y su lenguaje verbal en estas situaciones brillaba por su ausencia y su capacidad de expresar su malestar era nula.
Bueno, cuando sucede este tipo de situaciones y estoy presente me focalizo en no permitir que se desborde y pierda el control y deducir rápidamente las causas.

Tal vez la cantidad de personas que es bastante alta en el puente en horas de la noche, la perspectiva nocturna y la velocidad de los vehículos que se veían desde ahí, el murmullo del ir y venir conjugado de autos y personas, el viento que resoplaba fuerte en ese momento…o todos esos factores mezclados a la vez no lo sé a ciencia cierta y ella tampoco me lo decía; solo sabía que tenía que convencerla de cruzar el puente voluntariamente y sin desesperarse.
-Hazel, escúchame por favor, escúchame hija ¿quieres regresar?
-Siii,siii regresemos.
-Está bien, regresemos a casa, pero para poder regresar tenemos que cruzar hacia el otro lado. Ves desde acá por donde vinimos, para regresar a casa y tomar el carro tenemos que ir en sentido contrario y solo cruzando hasta ahí podremos regresar.
Hazel se convenció de eso pero aún la sentía insegura, ya no forcejeaba por correr escaleras abajo…pero tampoco se animaba a dar un paso adelante. Se me escapaba un detalle Hazel seguía cogiéndose la cabeza con ambas manos, en si no sujetaba su cabeza sino su gorro.
-Hazel, crucemos para poder regresar, mamá te va a coger muy fuerte. Te sacamos el gorro yo lo agarraré también muy fuerte para que no se lo lleve el viento ni se caiga.
Hazel se lo sacó, lo cogimos ambas entre nuestras manos y empezamos a cruzar. Al llegar al punto en que había una rampa para descender hacia el paradero de regreso le pregunté a Hazel si quería descender para regresar, pero me dijo que no, que continuemos cruzando. Le iba señalando a las personas que cruzaban con gorros o sombreros, a los que cruzaban totalmente solos, a los niños pequeños que también lo hacían como ella y su hermana sobre todo a los que no estaban sujetados de la mano por adultos…solo me escuchaba…miraba las construcciones que están ejecutándose en el río (que ya las había visto en otros tramos) pero yo sentía que la percepción nocturna la atemorizaba. Al fin cruzamos el puente, se puso el gorro y así como el Rio Rímac que está siendo reencauzado, Hazel bajo revoluciones y la sentí reposada…en realidad duró solo unos minutos porque me salió con la idea de querer utilizar el dinero de la cena en juegos solo juegos y que no comería nada…pero esa es otra historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario